La Línea

Una vez de pequeño estuve en un equipo de fútbol. Apenas salí en ningún partido oficial, odiaba todo aquello. No era yo muy sociable con tan poca edad, tenía la cabeza en otras cosas que para mí eran mucho más importantes. Una vez de no tan pequeño leí (o tuve que leer) Rebeldes, de S.E Hinton. El libro me gustó porque la autora lo había escrito con más o menos la edad que yo tenía al leerlo. Y a mi siempre me había atraído la idea de publicar un libro con poca edad para destacar (una idea que surgió a los 11 años y acabó diluyéndose cumpleaños tras cumpleaños). Algún tiempo después vi la película, dirigida por Coppola y protagonizada por jóvenes y desconocidos actores como Tom Cruise o Matt Dillon que posteriormente cobrarían cierta fama. Visto con perspectiva, me atrajo la idea que proponía el libro. Saltar la línea.

Hará años que leí una serie de libros de Stephen King, como Corazones en Atlántida y El Cazador de Sueños. En este último, hablaban a menudo de ‘la linea’. En su momento no le dí ninguna interpretación concreta, pero con el tiempo esa línea fue adquiriendo poder en mi universo mental. Para mí, la línea era una indeleble marca que distanciaba lo ’socialmente apto’ de lo ‘que no se debe hacer’. Un salto entre lo que está bien, y lo que podría no estarlo. Y no solo en términos éticos, la linea iría mucho mas allá. Llegó un punto que me daba igual completamente si King quería darle ese sentido, yo estaba conforme y con eso valía.

Empecé a ver lineas por todas partes. Películas que me gustaban porque el protagonista ‘atravesaba’ la linea, como Taxi Driver. Matar a alguien, ya no tenia vuelta atrás. Pero no hacia falta que fuera un acto tan radical. En resumen, se trataba únicamente que después de realizar cualquier acto no podrías volver a estar en la misma situación que antes de cometerlo. Lo cual supone una gran inseguridad. Así pues, la vida está llena de inmensas lineas invisibles, muchas de ellas traspasamos sin plantearnos si quiera que lo estamos haciendo. Otras, las menos, las meditamos y reflexionamos buscando cual será la mejor manera de actuar. Pero bueno, mejor dejar de divagar y comentar las dos cosas curiosas del día de hoy...

Auroville es una ciudad experimental situada en la India. Me ha llamado la atención porque fue creada para tener “el lugar en una vida comunitaria internacional, donde hombres y mujeres aprendan a vivir en paz, armonía, más allá de todas las creencias, opiniones políticas y nacionalidades”. ¡Cuanto misticismo! Mas allá de toda esta aura mística destaca que el proyecto siga vivo con mas de 40 años a sus espaldas. La verdad, no estaría mal viajar allí para codearse con todos sus habitantes. Me imagino un lugar lleno de extraños perroflautas y/o neohippies graciosos y amables. Seguro que daban ganas de abrazarlos cual osos de peluche con un gran trasfondo espiritual (sería eso o pegarlos con un palo, no se sabe). Ya de paso aprovecharía ese viaje para ir a una posada un tanto extraña.

El Astronomers Inn es un hotel situado al lado del Observatorio Astronómico Vega-Bray, en Arizona. Dicen que muchos astrónomos aficionados van allí con sus telescopios a observar desde las ventanas. Y si no tienes telescopio gentilmente te alquilan uno. ¡Incluso puedes contratar a un geniecillo de postín para que te haga de guía! No es una mala opción, podría llegar a ser incluso romántico si se monta bien. Estrellas, telescopios, champagne, bombones, y más telescopios…

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