Abel Sánchez, una historia de pasión

Miguel de Unamuno es uno de los más grandes literatos de la historia de España. Perteneciente a la Generación del 98 desarrollo una técnica propia, creando lo que el mismo denominó como Nivolas. Le interesaban mucho los personajes de sus obras, a los que ponía en el mismo nivel que las personas reales. En muchos de sus escritos pretendía desarrollar un tema concreto. Abel Sánchez; una historia de pasión es un claro ejemplo de ello, nos describe la envidia.

El libro cuenta la historia de Joaquín Monegro, el cual ha vivido desde pequeño a la sombra de su mejor amigo Abel Sánchez. Los personajes tienen formas de ser completamente opuestas; por un lado Joaquín representa el hombre de ciencia, el médico y en cambio Abel es un pintor, un artista. Desde que son niños esto tiene una repercusión en los demás, es decir, Abel es el que sin hacer prácticamente nada se gana la simpatía de todos sus compañeros y Joaquín a pesar de trabajar duramente nadie le aprecia como a su compañero. Esto hace que sienta una envidia, un odio hacia Abel que va incrementándose con el tiempo. Joaquín vive enamorado de Helena, su prima, y se la presenta a su amigo para que este le haga un retrato. Abel acabará casandose con Helena y ese hecho marcará el culmen del odio de Joaquín Monegro. Su vida seguirá, con muchos avatares que no contamos aquí para no destripar la novela, siempre ligada a esa envidia.

La historia está llena de paralelismos con la biblia y remite constantemente a la historia de Caín
(de hecho Unamuno eligió el nombre de Joaquín para el protagonista por su parecido fonético con este) y Abel. Se puede apreciar también una influencia (que el mismo personaje comenta) del Caín de Lord Byron. La historia se nos presenta como una mezcla de narración, diálogos y fragmentos de las confesiones que Joaquín deja a su hija, contándole todo lo que ha pasado durante los años que el odio le torturaba. Los personajes están muy bien definidos, y según avanza el texto vamos profundizando en el interior de cada uno de ellos.

No he leído una descripción mejor de la envidia, de ese sentimiento negativo hacia otra persona. Unamuno logra transmitir toda la esencia de los sentimientos del protagonista, nos hace que casi podamos verle sufrir pensando en su amigo Abel. El personaje vivirá durante toda su vida una lucha interna, una disputa entre las ganas de desterrar su envidia y la de vengarse de Abel. Se trata de un libro del que se podrían sacar múltiples relaciones con temas de toda índole, muy prolijo en cuestiones de trasfondo filosófico. Una lectura más que recomendable y una ideal de acercarse a la obra de Unamuno.

1 comentario:

Unknown dijo...

Un libro imprescindible e intenso...